
Para el Cardenal Raniero Cantalamessa, en este evangelio de la Transfiguración, Lucas dice también el motivo por el que Jesús aquel día «subió al monte»: lo hizo «para orar».
Fue la oración la que hizo su vestido blanco como la nieve y su rostro resplandeciente como el sol.
El Tabor es una ventana abierta a nuestro futuro; nos asegura que la opacidad de nuestro cuerpo un día se transformará también en luz; pero es también un reflector que apunta a nuestro presente; evidencia lo que ya es ahora nuestro cuerpo, por encima de sus míseras apariencias: el templo del Espíritu Santo.
Para leer toda la homilía de este II Domingo de Adviento: https://misionmas.wpcomstaging.com/2022/03/12/ii-domingo-de-cuaresma-ciclo-c-raniero-cantalamessa/
