MALINAS 1. Frutos de la Renovación

Queridos hermanos: Os invitamos a que leáis el Documento 1 de Malinas

Os hemos preparado una síntesis con algunos de los puntos más interesantes.

«Los frutos que la Renovación aporta a la Iglesia»

1. La Renovación manifiesta un dinamismo notable en el dominio de la evangelización.  La restauración de una relación personal con Jesús y la experiencia vivida de la fuerza del Espíritu,  han logrado que los miembros de la Renovación sean conscientes de esa «fuerza» que nos permite proclamar el Evangelio, suscitar la fe de los otros y estimulará para que se desarrolle y crezca.

Recibir el Espíritu obliga a cambiar el corazón y mueve a llevar a otros al reconocimiento del Señorío de Jesús. 

La Renovación ha intentado actualizar formas de evangelización capaces de hacerse oír, a las sociedades y a los individuos del mundo no cristiano, la llamada evangélica a creer en Jesucristo y a seguirle como Señor y Salvador con su Espíritu. 

2. La relación con Cristo es vivida en su dimensión comunitaria. Nadie va solo hacia Dios, se va en comunidad en cuanto miembros del Cuerpo de Cristo, del pueblo de Dios. Esta toma de conciencia explica por una parte el desarrollo impresionante de las comunidades: grupos de oración, comunidades de vida… 

La insistencia sobre la comunidad, en cuyo seno laicos y sacerdotes viven en común, contrasta con el individualismo de nuestro tiempo.  Una vida comunitaria de este tipo reposa sobre diversos ministerios basados en los carismas, en ella reina un intercambio de servicios mutuos. Todos los miembros de estas comunidades participan activamente en la oración y se puede ver en ello una expresión de la naturaleza de la Iglesia.  La Renovación no pretende, sin embargo, aferrarse a ninguna forma o estructura, permanece abierta a todo lo que el Señor espera de ella y a las necesidades siempre nuevas de la Iglesia y del mundo. 

Se comprende, por tanto, que se desarrolle, en la Renovación, un profundo amor a la Iglesia y una confiada fidelidad para con sus pastores.

3. La experiencia del poder del Espíritu hace nacer un gran deseo de oración (especialmente de alabanza) y un deseo de la Palabra de Dios.  Esta presencia de Dios permite establecer relaciones personales en un nivel de mayor profundidad, experimentando conscientemente las gracias bautismales y redescubriendo no sólo el bautismo y la Eucaristía, sino toda la vida sacramental.

4. Toda forma de Renovación incluye una referencia a los orígenes de la Iglesia, a la vida de las comunidades primitivas y a su fuente de vida: el Espíritu Santo.  Así se explica el interés de la Renovación por las manifestaciones carismáticas del Espíritu. 

En realidad, la Renovación pide simplemente a la Iglesia que reconozca que los escritos neotestamentarios no aíslan el Espíritu  de su manifestación en los carismas, ni los carismas de la proclamación integral del Reino. El Espíritu y la totalidad de sus dones forman parte integrante del Evangelio de Jesús, y las comunidades primitivas los han considerado indisolublemente unidos a la noción de «cristiano» y a la vida eclesial.

5. La Renovación ve, en la enseñanza social de la Iglesia, un signo evidente de que el Espíritu llama a estar activamente presente en la promoción de la justicia y de la paz para todos los hombres.  Los que están ya comprometidos en programas de reforma social descubren que la Renovación los pone al servicio de los demás en un nivel más esencial. 

6. Comprobamos, finalmente, una estimación renovada por la vocación sacerdotal y la religiosa, al igual que una profundización de esas vocaciones en los que se encontraban ya comprometidos.

«La Iglesia tiene necesidad de un continuo Pentecostés»

Pablo VI

La Renovación Carismática es una de las manifestaciones de ese Pentecostés.

Todos los que tienen responsabilidad pastoral deberían permanecer abiertos a esta manifestación de la presencia y de la fuerza del Espíritu, haciéndose eco de las palabras del Apocalipsis: «Estad atentos a lo que el Espíritu dice a las Iglesias «(Ap2, 17)

La Renovación pide a los que presiden las Iglesias «no extingáis el Espíritu…examinadlo todo y quedaos con lo bueno» ( 1Tes 5, 19-21)

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